Ahora que ya han terminado las celebraciones navideñas, toca empezar a poner en práctica todos aquellos propósitos de nuevo año que nos hicimos hace unos días. Hemos tenido tiempo de sobra para digerir los polvorones, incluso para metabolizar ese alcohol de más que tomamos celebrando. Ya no hay excusa. Hay que ponerse manos a la obra…

¿Recuerdas lo que nos contó Julio (@ELMONOVAPEADOR) hace un par de semanas sobre la campaña #X1MEXFUMADORES?

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Pues la idea, básicamente, es conseguir el mayor número posible de exfumadores gracias al vapeo, si es 1 millón mejor. Y ahí es donde entras tú. Si conseguiste dejar el tabaco gracias al vapeo, tienes una deuda con él. Y estoy seguro que tú, como yo, has hablado con muchos amigos y familiares fumadores contándoles lo bien que te encuentras ahora que ya no fumas, y todo gracias al vapeo.

Pero también estoy convencido de que, en ocasiones, te has encontrado con gente que te cuenta que lo de vapear es malísimo, más incluso que el tabaco y tal. Y ese, fundamentalmente, es el motivo por el que, muchas veces, prefieres no decir nada sobre el tema y dejas a la persona de turno con su cigarro, prefiriendo que siga viviendo en la mentira que les han contado sobre el vapeo y, lo peor y sobre todo, esclavo del tabaco que acabará por matarle.

Pues eso tiene que cambiar. Se lo debes al vapeo. Tu y yo, y los cientos de miles de vapeadores que hemos visto como ha mejorado nuestra salud al dejar de fumar, estamos en deuda con él. No hace falta ni siquiera argumentar las bondades de estos dispositivos, o los estudios que demuestran tanto su eficacia como método para dejar de fumar como que es inmensamente menos perjudicial para la salud vapear que el tabaco convencional (hasta en un 95%). Sólo tienes que contar tu experiencia…

En unos cuantos minutos y con sólo hacer un poco de memoria, lograrás que la persona a la que te diriges cambie su opinión sobre el vapeo. Háblales del primer día que no te encendiste ni un solo cigarro, o del sabor de aquel líquido que te recodaba a las chuches de tu infancia. O de como puedes subir y bajar las escaleras de tu piso sin ahogarte en el intento. O de que eres capaz de oler tu propio perfume y el de los demás. Infinidad de cosas que has sentido gracias al vapeo y a dejar, de una vez y para siempre, el maldito tabaco. Y sobre todo, cuéntales que sigues vivo gracias al vapeo.

Las multinacionales interesadas en destruir el sector del vapeo invierten millones de euros en campañas de desprestigio que están calando en determinados sectores de la población. Si a eso le unimos los estudios sesgados que patrocinan o las subvenciones que ofrecen a determinados grupos médicos o los gobiernos de algunos países, nos encontramos con que nuestro remedio más potente para dejar de fumar está en peligro.

Nosotros, los vapeadores, no podemos competir contra ese gigante. Los políticos no nos hacen caso y, salvo en raras excepciones, se rinden al dinero antes que a la salud de los ciudadanos. Por eso somos nosotros los únicos que podemos librar esta lucha. Cada uno de nosotros, en su entorno, familia y amigos. Háblales del vapeo, convénceles de que deben dejar de fumar y que la mejor manera es esta. Pídeles una oportunidad para el vapeo. Regálales la posibilidades de ser libres y de seguir vivos.